octubre 25, 2009

Soledad

¿Acaso no estamos solos? Todos. Vos y yo; una mujer en la parada del colectivo; un hombre viendo TV a las 3 de la mañana; aquel que, aún rodeado de gente, está varado en un desierto… en el vacío... solo. No depende de las circunstancias sino de nosotros mismos sentirnos solos, o no.
¿Cuándo sentiste que no estabas solo? Alguien te hizo reír cuando solo podías llorar, quizás lloraste pero de tanto reír, o te abrazaron cuando estabas triste, tal vez contaste mil historias y te dieron mil consejos… Alguna vez, estoy segura. Pero no estar solo es mucho más que estar en compañía. No es querer y que te quieran. No es caminar de la mano por el boulevard. No es tan simple y, si lo fuera, ¿acaso tendría el mismo valor?
“Carencia de compañía” dice el diccionario sobre la soledad. Si entendemos la compañía en concepto de la vinculación con otra persona, estamos ignorando el sentimiento… que es lo primero a ser considerado al hablar de soledad. ¿Quién nos acompaña en el sentimiento, a cada uno de nosotros? Como si estuvieran totalmente en cada detalle de la alegría, el desconsuelo, el miedo, el amor… Lo cual resulta imposible si, para empezar, tenemos que codificarlo para hacerlo saber; que ni siquiera es lo mismo que hacerlo sentir.
Cuando los sentimientos no tienen ninguna exteriorización (sean palabras, acciones, gestos o cualquier cosa que los haga notar), generalmente, no pueden ser interpretados. Esto los limita al cuerpo y, de más está decir que no hablamos de sentir con el cuerpo. Pero sentir es… como el ADN: nadie más que uno mismo lo lleva en sí. Así es que no pueden acompañarnos en algo que no sienten también, con la misma intensidad.
Quizás noten en tus ojos que algo anda mal, que tuviste un gran día o lo que sea, siendo esto físicamente imperceptible. Podemos entenderlo como una conexión en la que no terció el cuerpo y sería lo más cercano a no estar solo. Este tipo de vínculo es, al menos para mí, el más hermoso que se puede establecer entre dos personas. Y nada puede deteriorarlo; trasciende la piel, las palabras y todo aquello que no sea el sentimiento en sí.
Estar acompañado y sentirse asimismo es una conexión que empieza por uno mismo. Si no estás en contacto con lo más profundo de vos, es probable que nadie más pueda estarlo. Y, en ocasiones, nos olvidamos de nosotros mismos, ¿no? Es ahí cuando nos sentimos solos y lo estamos, consecuentemente.
Estando solo se aprende a estar con uno mismo… para ser uno mismo y no sentirse solo.

7 comentarios:

break dvd dijo...

Esta bueno que tenga en mi notebook tu blog, me deja leer lo bueno que escribis...es tiempo que lo empeces a guardar, no solo en él, es algo muy bueno en vos...hay que explotarlo muuuucho mas.Beso, Sañu

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ONE NIGHT ONLY dijo...

Estando solo se aprende a estar con uno mismo… para ser uno mismo y no sentirse solo.


mi estado psicologico se resume en esa frase.

Andrés M dijo...

Estando solo se aprende a estar con uno mismo… para ser uno mismo y no sentirse solo.


Y qué hay de cuando uno no está solo? o por lo menos no se siente solo... se suele dar un estilo de simbiosis con la otra persona que resulta en que uno se olvide un poco de uno mismo...
No creo que sea así como vos decís, más bien me parece que estando solo uno se concentra más en conocerse, en saber "quién soy" pero eso no implica que yo vaya a ser más "yo" sino que yo me conozco más. Yo siempre fui y voy a ser yo. Y esto no hace que no te sientas solo, hace que estés más cómodo con el hecho de que estás solo.

ojalá se entienda lo que quiero decir. Le doy al botoncito ese para q me manden mails si me responden...

true love waits dijo...

me encantan pero MAL las bandas qe escuchas <3

aLe dijo...

La mejor compañia siempre es la de uno mismo.

La inadaptada de siempre dijo...

HOLA CUANDO VOY A APARECER AL COSTADO DE TU BLOG? BUE SE COPIABA DE VRUNO EL BIOLADOR